miércoles, 21 de enero de 2015


 

 
                                   APUNTES PARA UN TALLER

 QUÉ ES UN TALLER LITERARIO

            En términos generales, un Taller Literario es una práctica experimental en la cual un grupo de escritores, guiados  por un profesor, facilitador, o escritor guía, comparten criterios sobre la creación literaria, los diversos géneros y la propia creación, con miras al incremento y posterior perfeccionamiento de las cualidades creativas de los participantes.  Visto didácticamente, el taller literario es un ámbito de aprendizaje, un laboratorio, un espacio de confrontación entre los escritores y una forma de evaluación colectiva.

            Desde la perspectiva de la propia creación, el taller literario promueve la concreción y el desarrollo de la voz interior que todo escritor escucha, quiéralo o no,  durante el proceso de la creación y que a la vez configura el universo virtual de los posibles lectores. En síntesis, un taller literario es un campo de experimentación donde los escritores se exploran a sí mismo a la vez que se confrontan  con los demás,  no solo como escritores sino como personas tolerantes y abiertas a la creación artística.

            Los talleres literarios resultan de gran importancia como espacio de confrontación de la propia escritura,  con  los textos de otros escritores.

 Objetivos del taller literario:

            Entre los objetivos específicos del taller literario tenemos:

            -Afinar y enriquecer la sensibilidad, la imaginación creadora y el poder perceptivo de los participantes, con respecto a la  propia escritura y la de los compañeros del taller.
 
            -Desarrollar el sentido crítico, acompañado de la tolerancia y la comprensión hacia la obra ajena. Toda relación dinámica entre personas se convierte en un proceso de creación que siempre tiene como consecuencia la mutua transformación;

            -Estimular la confrontación entre escritores que presenten niveles de realización semejantes, mediante lecturas críticas, a fin de incrementar  la capacidad autocrítica del tallerista. Siempre se escribe para un lector hipotético que generalmente es el propio escritor;

            -Contribuir a crear la  disciplina que requiere un oficio tan exigente como la  literatura y al mismo tiempo, estimular el desarrollo de los hábitos de lectura, estudio y escritura.

            -Promover el análisis de textos “modelo” que comprenda: Los espacios del texto. La Estructura. El Contexto. Diacronía y Sincronía de un texto. Intertextualidad. Ritmo. Lenguaje. El narrador. Los géneros literarios (cuento, novela, poesía, ensayo). Las técnicas narrativas. Teoría y Crítica literarias y  Metodología, entre otros puntos a enfocar...

                                                                  *******                                                                                                Roland Barthes  (Par lui même), opina  que "La novela  es forma antes que historia, o lenguaje. Lo esencial en la escritura de una novela está representado por la estructura y tanto el lenguaje, como el argumento..."

 


DECÁLOGO  PARA  ESCRITORES QUE COMIENZAN

 Como toda escritura se va construyendo por deslindes, es preciso, para los escritores que comienzan,  seguir los  pasos  del siguiente decálogo:

 1.- La decisión:

Primero habría que preguntarse por qué  quiero escribir y no dedicarme a otra cosa, o simplemente disfrutar del tiempo libre, del ocio no necesariamente creativo. Después, habría que tomar la decisión  de convertirse en escritor, para lo cual se debe contar con la profunda certeza de la necesidad de cruzar esa línea imperceptible entre la realidad y la ficción; entre la verdad y lo inventado; entre lo cierto y  lo imaginado; siguiendo siempre los espejismos de la mente. 

 Generalmente se comienza a escribir de manera espontánea, por  pulsión, pero este entusiasmo inicial debe ser reforzado con  la decisión de convertirse en escritor, para lo cual habría que contar con  la  factibilidad de tal  propósito.

 
2.- El género:

 Ya desde los primeros textos escritos por impulso, se comienza a delimitar el género en el que vamos a sentirnos más a gusto, sea éste  ficción (cuento y novela) poesía; teatro; ensayo; crónica; testimonio...

 3.- El tema:

Aunque el tema  no es lo fundamental en la narrativa, es necesario adoptar uno que sirva de contexto, aunque siempre supeditado al lenguaje y a la estructura. Por lo regular, el tema ya se encuentra inmerso en los propios escritos y su escogencia se produce entre las diversas opciones disponibles dentro del texto.

 4.- El título:

Muchas veces encontramos el título antes de comenzar. Se presenta como un chispazo, como una revelación, como un insight,  y se puede escribir a partir del mismo. Otras veces  lo encontramos en el trayecto de la historia y no pocas veces, sólo al final. El título puede ser cambiado en el transcurso de la escritura del cuento, o la novela. Una sugerencia, cuando hay dificultad para decidir sobre el título, sería la de elaborar una lista  con los títulos posibles contenidos en el texto ya concluído, y escoger el título definitivo, algunas veces hasta con ayuda externa, presentando la lista a otras personas, no necesariamente escritores.

 
5.- El índice:

En el caso de una novela, es conveniente preparar un índice tentativo de su contenido para ser utilizado como “hipótesis de trabajo”. El índice puede ser modificado durante el proceso de la escritura y el mismo sólo tiene la finalidad de guiar al lector.

 6.- La voz del escritor:

Buscar el tono apropiado, la voz del escritor, del “duende” que nos va dictando mientras escribimos, es uno de los requisitos indispensables para toda escritura. La voz del escritor, propia e inalienable,  es la conductora  de  los mecanismos más profundos de la escritura, tales como la intuición y la percepción de la realidad circundante y, ayudada por la visualización de lo que se va narrando, dispara el desdoblamiento del escritor hacia la búsqueda de soluciones de forma y contenido, entre éstas, la construcción de  personajes.

Cada personaje, por más diferente que sea del escritor, está basado en su vida real al formar parte de su imaginario, de su cosmovisión, ya provenga de una experiencia íntima o exterior que haya tenido impacto en su psiquis, o se trate de la lectura de un libro, o de la historia referida por alguna otra persona.  Debemos escribir como si le estuviéramos hablando a otro, al lector imaginario que en un acto de desdoblamiento podría ser el propio escritor.

7.- Los recursos narrativos:

 Una vez encontrado el tono y sintonizada la voz del escritor que nos va dictando mientras escribimos, se procederá al empleo de los diversos recursos narrativos (metáforas, imágenes, modos verbales, aliteraciones, anáforas y símiles, entre otros) que conjuntamente con  la ambientación, la trama, el vocabulario, el argumento y el desarrollo de los personajes, nos ayudan en la búsqueda de  soluciones, siempre apoyándonos en la memoria y la imaginación, además del sentimiento y la sensualidad.

 8.- La verosimilitud:

 El empleo de la experiencia personal del autor (bioficción), o la base real de lo que se va a narrar, resulta indispensable en la construcción de toda narración. No tenemos que confundir las experiencias personales  con la vivencia íntima del  autor. Se puede tomar como experiencia lo que nos impacta en un determinado momento, sea esto la lectura de un libro, una película; un suceso contado en la TV, o en la radio, un accidente, la historia de un amigo cercano o cualquier otro acontecimiento, o situación cotidiana que haya pasado a integrar nuestro imaginario. Se puede escribir sobre algo que nunca ha ocurrido, pero necesariamente tiene que parecer verdad. Sin la verosimilitud no hay narración posible.

 9.- La erudición:

Habría que declarar un NO rotundo al  discurso erudito, elaborado  para impresionar al lector. La erudición sólo podría ser empleada con éxito cuando enriquece la narración,  en el caso de una disertación atribuída a uno de los personajes, o en un diálogo, pero en ningún momento deberá ser usada  para apabullar a los lectores.

 10.- La información:

Al igual que lo recomendado para la erudición, la información sólo deberá tener el propósito de situar a los personajes en un contexto histórico  y en un ambiente particular, de lo contrario, se corre el riesgo de transmitir información inútil, información-basura.

 

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NOTA: Tomado de: Antonieta Madrid. En la Cámara Oscura.

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