Una Metáfora Anticolonial.
Por: Antonieta Madrid.
“La descolonización siempre es un fenómeno violento (...). Su
extraordinaria importancia reside en construir, desde el primer momento, el
mínimo de demandas de los colonizados. Para decir verdad, la prueba del éxito
consiste en que el cambio de las estructuras sociales se opere en profundidad”.
(Franz Fanon. Los condenados de la tierra).
Concluída luego de innumerables revisiones y agónicos
rechazos a cada nuevo intento, Wide Sargasso Sea (“El ancho mar de los Sargazos”), de la
escritora inglesa Jean Rhys, nacida en las Antillas (Rosseau, Dominica), de
padre inglés emigrado (médico galés) y madre antillana blanca (de Martinica),
agrega a la documentación histórica sobre
las Indias Occidentales, el conocimiento vivencial y afectivo de estas islas
al reflejar el colapso de la sociedad
“criolla”, después de la emancipación, cuando los criollos fueron relegados a
una adaptación enfermiza a Europa y el sentimiento de alienación y desarraigo
de la protagonista, Antoinette Cosway, es común a todos los criollos que
vivieron las consecuencias de esta desculturación.
Ambientada entre Jamaica y Dominica en la época inmediatamente posterior a la emancipación de
los esclavos, publicada por primera vez en 1966, bajo el sello de Andre Deutsch
y más tarde, en 1968 por Penguin Books, la novela, estructurada en tres partes, explora en la
primera parte cómo Antoinette Cosway, producto
de una sociedad decadente y
resentida desde la liberación de los esclavos, cuyas supersticiones
compartieron alguna vez los blancos, aparece como una consecuencia lógica
de aquel caos al reflejar en la ficción
los estragos causados por la desculturación en los antillanos blancos.
La
segunda parte de la novela tiene por
escenario las islas Windward, Dominica, el pueblo de Massacre y la casa de
Granbois, donde transcurre la luna de
miel de Antoinette y Rochester, el
inglés que inconsultamente le ha sido
asignado como marido y quien describe su llegada a las Antillas, el
matrimonio con la joven y hermosa heredera y las desastrosas consecuencias de
tal unión, al oponerse el pragmatismo metropolitano del ingles al romanticismo
iluso e impráctico de la antillana. Cómo se va incubando el odio en la psiquis
analítica y engreída de Rochester al
sentir celos de la felíz comunión de su esposa
con el paisaje fantasmagórico que él tanto teme y odia y cómo la amenaza verde contribuye a
desarrollar la paranoia de Rochester:
“The trees were threatening and the shadows
of the trees moving slowly over the floor menaced me. That green menace”, (Trad.: Los árboles
eran amenazantes y las sombras de los
árboles, alargándose lentamente sobre el suelo me amenazaban.).
En la tercera y
última parte del libro, la narración
descansa de nuevo en la heroína, esposa de Rochester y esta vez el escenario es
Inglaterra, el ático de Thorfield Hall desde donde Antoinette narra el
inevitable desenlace de la tragedia, la repetición del ciclo de violencia que
arruinó su vida, cuando aún era una niña, con el incendio de la casa de
Coulibri, en una revuelta de negros, que
sumió a su madre en la locura y costó la
vida a su hermanito Pierre... Al mismo tiempo que se establecen puntos de
contacto entre dos culturas: la emergente cultura antillana y la disuelta
subcultura criolla, Jean Rhys enfatiza en la degeneración moral de ambas,
aunque habría que reconocer que la
incurable nostalgia de la autora por esa tierra fantástica, contribuyó al logro
de una verdadera hazaña imaginativa, lindante con lo misterioso, gracias a las vívidas
descripciones de las prácticas Obeah,
de los sueños, pesadillas, delirios y otros estados extraordinarios de
conciencia.
Al final de la
novela, Jean Rhys nos relata el sueño, como una premonición de su
holocausto y en la psiquis del lector queda grabada una imagen de luz, en
oposición a los tenebrosos corredores de Thornfield Hall, la imagen de una
mujer enajenada que lleva en la mano una
antorcha encendida, escaleras abajo, dispuesta a la consumación del sacrificio último, al que ha sido
conducida por su incontenible pulsión de
muerte:
“I
follow him, sick with fear but I make no effort to save myself; if anyone were
to try to save me, I would refuse. This must happen… (Trad.:
Lo sigo, muerta de miedo pero no hago ningún esfuerzo para salvarme; si alguien
tratara de salvarme, lo rechazaría. Esto debe ocurrir. (W. S. S. Pag. 50).
La novela (Wide Sargasso Sea) trasciende
la experiencia puramente personal de la blanca criolla con un marido
inglés. Además del contexto sociocultural e histórico (la historia narrada, el paisaje...), nos
encontramos con una intensidad lírica en
el trabajo de ficción que sugiere la existencia de algo mucho más personal,
tanto para la autora como para los lectores
y estudiosos interesados en este corpus temático, en el que dos climas
culturales contrastantes (Europa y las
Antillas); dos paisajes, dos sociedades, dos maneras de sentir, dos formas
diferentes de apropiación del mundo, constituyen, más la expresión de una dualidad que la exploración literaria de
esa misma realidad. Los nuevos estereotipos de las sociedades Indo
Occidentales, al presentarnos
simplemente la dramática escena de blancos contra negros y viceversa, solo distorsionan
y trivializan nuestra comprensión del problema que el libro de Jean Rhys nos
aclara ya que se trata de algo mucho más complejo.
Casi todos los libros
de Jean Rhys (unos once en total), mundialmente conocidos y traducidos a varios
idiomas, presentan escenarios urbanos: los
cafés de París, las pensiones de Bloomsbury, los cuartos amoblados de
Notting Hill Gate, evocados con amarga poesía. Sólo en las vívidas
descripciones de las Antillas en sus
novelas Wide Sargasso Sea y Voyage in the dark , al plantear la confrontación de dos mundos alienados e
incompatibles se siente ese toque mágico de sensualidad y es que en la vida
como en la ficción prevalece la trágica historia de la división racial en el
Caribe, con el consecuente saldo de desidentidad, alienación y desculturación entre las minorías criollas de las
depauperadas plantaciones.
La importancia literaria de Jean Rhys, cuyo
verdadero nombre es Gwen Williams, además de los logros estéticos y técnicos de
su escritura, consiste también en haber
sido, junto a tres novelistas más
(Shandy Allfrey: The orchid house, 1953; Geoffrey
Drayton: Christopher, 1959
y J. B. Emtage: Brown Sugar, 1966), la primera escritora en abordar el problema de las minorías blancas criollas,
ausente en la novelística del Caribe
anglófono. Igualmente podría resultar arbitrario referir Wide Sargasso Sea a la novela europea o a la novela de las
Indias Occidentales ya que se trata de una escritura que se sostiene a sí misma
como una obra de gran poder imaginativo e indiscutible belleza literaria y perfección técnica.
Kenneth Ramchand, en
su libro The West Indian Novel and
its background, publicado en 1970, coloca la obra de Jean Rhys (Gwen
Williams es su verdadero nombre), dentro del corpus novelístico que explora el
trauma racial de los criollos blancos de las Antillas en evolución, junto a las
ya mencionadas novelas The Orchid
house (1953), Christopher
(1959) y Brown Sugar (1966).
Mientras que las minorías criollas tienden a desaparecer y las clases negras
crecen, el idioma (inglés) se va diluyendo y
entremezclando en un proceso de
transculturación lingüística (patois, creole y los diversos
dialectos) cuyas clases sociales emergentes (comerciantes en
su mayoría) se imponen, mientras que en
el proceso de desculturación, los
estragos son muy similares: desidentidad, pérdidas culturales y corrupción del
lenguaje original a partir de la vivencia antillana.
Antoinette habla un
perfecto inglés, aprendido de su madre y en el Convento donde estudió, pero se
complace en responder a su marido, Rochester, en el lenguaje “¿viciado?” de los
negros y otras veces en patois, reflejándose este proceso, no solo a nivel
lingüístico sino también a nivel del discurso enunciativo y sobre todo en el
plano psicológico en la medida en que
fueron interiorizadas las experiencias
infantiles y de la adolescencia durante
la presencia (de la autora) entre las sociedades convencionales, donde las
mujeres solo tienen adolescencia y juventud. Finalmente, se puede concluir
que la originalidad de la novela reside en la habilidad de la autora para examinar contrastivamente , el encuentro de dos
mundos: Europa y las Indias Occidentales, e igualmente en abordar la
experiencia de las minorías criollas en las Antillas como una vivencia de
índole colonial, como una extensión del proceso y un trauma más, causado por la
colonia.
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(Este ensayo está contenido en el libro Lo
Berllo/Lo Feo, de Antonieta Madrid, editado por la Academia Nacional
de Historia, bajo el N° 43,
Caracas, 1983)
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