jueves, 14 de agosto de 2014


POR QUÉ ESCRIBO
 
                                                 Por: Antonieta Madrid

(Respuesta a la pregunta ¿Por qué escriben los escritores?)

A. M: En realidad  puedo decir con propiedad que no sé  exactamente por qué escribo. Nunca me había planteado esa pregunta. Sólo escribía y punto.  Ahora que me lo preguntan, pienso que escribo por múltiples razones:  Por  la simple pulsión de escribir, de decir algo; por mi  carácter  introvertido tal vez; porque  crecí entre una familia numerosa y en una casa grande donde me resultaba difícil  comunicarme, expresarme libremente, lograr que fuera escuchada mi propia voz,  y siempre terminaba optando por el silencio. Era más cómodo permanecer callada y entonces se me fue desarrollando la imaginación, esa otra mirada paralela (propia de la condición  del  escritor), con la que se va construyendo la ficción.

         No  recuerdo  con exactitud cuándo comencé a escribir (sólo sé que aún era una niña), pero sí  cuándo  descubrí que podía escribir:  yo  estaba en sexto grado de primaria, en un  colegio de monjas, cuando me ordenaron un trabajo escrito  sobre el río Motatán que se encuentra  cerca de Valera. Mientras trataba de desarrollar el trabajo que me habían encargado, me emocioné tanto que  comencé a escribir sobre la gente que vivía alrededor del río, sobre  lo que pasaba en las inmediaciones  y lo fui complicando de tal manera que cuando la monja leyó el trabajo, me dijo: “¡Ah, no!  Esto es como un cuento, es pura ficción. Esto no es lo que te pedí ...”  Entonces,  me  percaté de que yo podía escribir y seguí  escribiendo cosas y fui desarrollando esa otra mirada paralela, esa doble mirada ante la realidad que a la vez  va configurando otra realidad paralela, con la que se construye la ficción. Pero, aunque ya  sabía que podía escribir,  no tenía la intención de convertirme en escritora. Eso vino después...

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(*) NOTA: Publicado en el libro ¿Por qué escriben los escritores?, de  Petruska Simne. Editorial Fundación para la Cultura Urbana. Caracas, 2005. Fotografías: Vasco Szinetar. Posteriormente, publicado en la  Revista ¿Qué Leo?, N° 40. Caracas, Junio 2006.

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1 comentario:

  1. Antonieta: Si bien se sabe que la comunicación debe ser la base de la salud emocional en todo hogar, parece ser que en tu caso " No hubo mal que por bien no vino" y que el ser humano se reinventó en ti con su infinita capacidad de adaptación y supervivencia, ya que tu naturaleza y tu silencio en la niñez dieron origen a una valiosa y delicada senda: la de ser capaz de escucharte a ti misma con atención y profundidad para resurgir en arte, en creatividad, en generosidad literaria, en legado y en historia

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