POR QUÉ ESCRIBO
Por: Antonieta Madrid
(Respuesta a la pregunta ¿Por qué escriben los escritores?)
A.
M: En realidad puedo decir con propiedad
que no sé exactamente por qué escribo.
Nunca me había planteado esa pregunta. Sólo escribía y punto. Ahora que me lo preguntan, pienso que escribo
por múltiples razones: Por la simple pulsión de escribir, de decir algo;
por mi carácter introvertido tal vez; porque crecí entre una familia numerosa y en
una casa grande donde me resultaba difícil
comunicarme, expresarme libremente, lograr que fuera escuchada mi propia
voz, y siempre terminaba optando por el
silencio. Era más cómodo permanecer callada y entonces se me fue desarrollando
la imaginación, esa otra mirada paralela (propia de la condición del
escritor), con la que se va construyendo la ficción.
No
recuerdo con exactitud cuándo
comencé a escribir (sólo sé que aún era una niña), pero sí cuándo
descubrí que podía escribir:
yo estaba en sexto grado de
primaria, en un colegio de monjas,
cuando me ordenaron un trabajo escrito
sobre el río Motatán que se encuentra
cerca de Valera. Mientras trataba de desarrollar el trabajo que me
habían encargado, me emocioné tanto que
comencé a escribir sobre la gente que vivía alrededor del río,
sobre lo que pasaba en las
inmediaciones y lo fui complicando de
tal manera que cuando la monja leyó el trabajo, me dijo: “¡Ah, no! Esto es como un cuento, es pura ficción. Esto
no es lo que te pedí ...” Entonces, me
percaté de que yo podía escribir y seguí
escribiendo cosas y fui desarrollando esa otra mirada paralela, esa
doble mirada ante la realidad que a la vez
va configurando otra realidad paralela, con la que se construye la
ficción. Pero, aunque ya sabía que podía
escribir, no tenía la intención de
convertirme en escritora. Eso vino después...
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(*) NOTA: Publicado en el libro ¿Por qué escriben los
escritores?, de Petruska Simne. Editorial Fundación para la
Cultura Urbana. Caracas, 2005. Fotografías: Vasco Szinetar. Posteriormente,
publicado en la Revista ¿Qué Leo?, N°
40. Caracas, Junio 2006.
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Antonieta: Si bien se sabe que la comunicación debe ser la base de la salud emocional en todo hogar, parece ser que en tu caso " No hubo mal que por bien no vino" y que el ser humano se reinventó en ti con su infinita capacidad de adaptación y supervivencia, ya que tu naturaleza y tu silencio en la niñez dieron origen a una valiosa y delicada senda: la de ser capaz de escucharte a ti misma con atención y profundidad para resurgir en arte, en creatividad, en generosidad literaria, en legado y en historia
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