viernes, 13 de marzo de 2015


RESUMEN DE LA OBRA DE ANTONIETA MADRID:

 

Antonieta Madrid ha publicado narrativa (cuento y novela), ensayo y crítica literaria. En términos generales, su literatura de ficción se caracteriza por la mezcla de imaginación y lenguaje, apoyados por la memoria, dando lugar a  un realismo paródico con algunos rasgos fantásticos y una cierta dosis de ironía, en su acepción de distanciamiento. Podríamos decir que las constantes de su escritura, son el  cuestionamiento  y  la fusión de géneros; la importancia del fragmento y  la estructuración; reflexiones sobre la propia escritura y la participación del autor en el proceso  y  una  cierta  una dosis de experimentación. Piensa que no sólo es importante lo que se cuenta sino cómo se cuenta.

 

Su narrativa (cuentos y novelas) es eminentemente urbana. Toda su obra, con excepción de algunos relatos, está ambientada en ciudades  como Caracas, New York, París, Berlín, Atenas y El Cairo, entre otras, que han servido de escenario a sus narraciones. Las novelas No es tiempo para rosas rojas (Monte Avila 1975, 1983, 1993, 2005...); Ojo de Pez (Planeta, 1990 y De raposas y de lobos (Alfaguara, 2001), son exponentes de la literatura urbana, al igual que los relatos de Reliquias de Trapo (Monte Avila, 1972 y 2006), Feeling (CADAFE, 1983 y Caja Redonda 1997) y Al filo de la vida (Bid & Co. Editor, 2004). Escrita a finales de  los años sesenta, No es tiempo para rosas rojas  refleja la toma de conciencia de toda una generación. En esta novela, los personajes son arquetipos del  momento histórico (la década violenta),  caracterizado por la ruptura con los dogmas  ideológicos, culturales y familiares, en sincronía  con procesos similares  en el resto del mundo  (el  movimiento Hippie  y el Mayo francés, entre otros). 

           

En su escritura, Antonieta Madrid siempre se ha planteado la búsqueda estética y la exploración de una realidad reinventada, antes que el mero testimonio. Su método es la síntesis, mezcla de imaginación y de memoria, expresadas mediante la bioficción y siempre con un lenguaje depurado, de corte minimalista. Los personajes son construidos en base a la fusión de modelos reales e imaginarios. Piensa que  sin prestar atención  a la estructura y al lenguaje, no habrá crecimiento  posible en la escritura, sobre todo en la novela. Cree en la novela intelectual, de autor, tanto en su intención como en su factura. No cree en escritores ingenuos, ni en la escritura espontánea. Piensa que al escribir ficción, o ensayo, el escritor debe  estructurar cuidadosamente la obra, debe pensar qué  rumbo tomarán esas páginas y cuáles elementos se van a conjugar en ellas, práctica que exige una total distancia del autor con respecto a su biografía. Esta distancia es la que le otorga lucidez al escritor, quien  está obligado a  delinear,  caracterizar y dar vida propia  a los personajes que encarnarán las diversas  historias.

           

Las  narraciones  de A. M. tienen resonancia en el lector porque la escritora  usa un estilo basado en la intensidad y la tensión. En sus relatos, los finales son siempre explosivos, inesperados. Lo formal y lo expresivo se entrelazan. En sus novelas, la autora expone enigmas y los resuelve y entonces viene el extraño juego entre la  realidad cotidiana, la imaginación y la realidad reconstruída. Los personajes de A. M. son vistos desde adentro, mezclando lo  fantástico con  los hechos concretos. Y es que sus textos están escritos desde una perspectiva  de irrealidad deliberada, donde lenguaje y aptitud creadora coinciden para tejer una  red de complejas significaciones. Las novelas han dado origen a numerosas Tesis de Grado y Postgrado, mientras  que  los relatos forman arte de diversas antologías.

 


Dra.  Alicia  Perdomo  H.  (USB)


 


 

 

 

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