viernes, 13 de marzo de 2015


Entrevistas a la autora:

 

   Los libros caminan solos,

mientras el autor, agazapado,

   los mira caminar...

                                   El duende

 

Entrevista de Ana Julia Allen.

(Revista ¿Qué Leo? N° 51. Caracas, Noviembre de 2007).

 

AJA: ¿Cuáles rasgos de estilos literarios anteriores, como regionalismo, realismo mágico, novela histórica y literatura femenina, entre otros, podrían encontrarse en la narrativa actual?

A.M: Mientras el realismo mágico ha sido superado, se continúa escribiendo la novela histórica  y sobre la narrativa escrita por mujeres que irrumpe exitosamente en la segunda mitad de los años sesenta y buena parte de los setenta, debo aclarar que nunca la he catalogado como “literatura femenina” porque creo que  hombres y mujeres cuando escribimos nos enfrentamos a los mismos problemas de estilo, lenguaje, estructura y tratamiento de los respectivos contextos socioculturales, por lo que más bien se podría hablar de  una narrativa, más libre y transgresora que rompe con los moldes de la literatura canónica y mantiene su vigencia en la actualidad. Pero no podría obviar referirme a tres novelas  que podrían haber sido escritas en cualquier época: el “Quijote” de Cervantes; el “Ulises” de James Joyce y “Rayuela” de Julio Cortázar y pasará mucho tiempo antes de ser superadas... 

 

AJA: ¿Qué efectos culturales o cambios literarios cree usted que se han producido  bajo el proceso de transformación  que vive el país actualmente?

AM: Una cosa es la escritura que refleja un contexto social y político y otra la literatura ideológica, llamada por Roland Barthes “literatura comprometida” en contraposición a su aclamado “grado cero de la literatura”, o literatura no contaminada. Pienso  que el escritor debe ser fiel a su concepción del mundo en el sentido más totalizante del término, pero de allí al panfleto literario hay un abismo.

Sobre el “vanguardismo” de mediados del siglo XX (boom y parte del post boom) y el “posmodernismo” de los ochenta y noventa, cuyos postulados básicos de ruptura y confrontación perviven en la actualidad, habría que aclarar que el término “posmodernismo” que igualmente podría  designársele como transmodernismo o neomodernismo, corresponde a un momento de ruptura con los  paradigmas de orden, perfección, funcionalidad y progreso de la modernidad. En este sentido seguimos en la posmodernidad  hasta la aparición de  nuevos paradigmas que guíen la creación artística en todos sus ámbitos aunque sin modificarla.

Con respecto a la frase de Luis Britto García a quien admiro como escritor y considero que su obra literaria  representa un hito insoslayable en la literatura de todos los tiempos, pienso que, evidentemente,  “toda clausura de proyectos tiene definidos efectos culturales”(sic) en la actualidad socio-política del país. Pienso que los efectos de estos cambios resultan elocuentes en todos los ámbitos de la creación artística y en la literatura (sin emitir juicios de valor) creo que los cambios más notorios se reflejan con mayor nitidez en la literatura urbana que podríamos  llamar con propiedad “Literatura del Caos”, propia de la época actual, no solo en nuestro país sino en el mundo entero.

 

AJA: ¿Cree que el regreso al pasado y el énfasis en la memoria sigue latente en la actual narrativa venezolana?

AM: La escritura es una mezcla de imaginación y memoria. No podemos escribir sobre lo que no conocemos. Esto no quiere decir que los recuerdos sean personales, pueden ser  recreados o simplemente imaginados o reformulados, pero  ajustados a una posible realidad. Aún en el caso de la literatura fantástica, siempre hay una base real que provee a la  escritura de la verosimilitud indispensable. De las cuatro novelas que he escrito, en la primera (No es tiempo para rosas rojas. Monte Avila, 1975, varias ediciones) me refiero a la llamada década violenta, contexto ineludible para la época en que fuera escrita (fines de los sesenta y comienzos de los setenta), pero en las tres siguientes (Ojo de Pez, Planeta 1990; De raposas y de lobos, Alfaguara 2001 y Limbos y Laberintos, novela en clave fragmentaria, aún inédita), me propuse una trilogía  sobre la novela que se cuenta a sí misma, con temas complementarios como la saga familiar, la metanovela y la fotografía en Ojo de Pez; la novela urbana, el mundo de la psiquiatría visto desde el punto de vista de la paciente, al igual que una lectura del imaginario latinoamericano, en De raposas y de lobos; y el tema del nomadismo cultural desde una estética globalizadora, la hibridación de genéros  y el replanteamiento de algunos mitos, en   Limbos y laberintos.  

 

AJA: ¿Para quién escribe usted?

AM:  El público lector en Venezuela es muy variado. La mayoría lectora se inclina por libros de autoayuda, sobre la situación política del país y sobre la historia. Creo que en este orden  van las ventas, quedando la literatura de ficción relegada a  un nicho de escasa venta aunque hay lectores para todo en el  boom editorial que se puede apreciar en los momentos que vivimos.

            A la pregunta ¿para  quién escribe usted?  Debo responder que comencé desde muy joven pero nunca me pregunté a quién estaba destinado lo que escribía. Nunca me propuse vivir de la escritura, aunque siempre me lo tomé en serio, como una profesión que ejercería sin remuneración. Escribo porque lo disfruto,  porque me es  fácil  y porque mis lectores me han animado a seguir haciéndolo. En todo caso creo que se escribe para un lector hipotético que viene a ser el propio escritor. La experiencia me ha dicho que escribo para las universidades si llegara a contar las tesis y otros trabajos que han originado mis novelas y relatos. Así que escribo porque sí, sin preguntarme el porqué o el para quién.

AJA: Usted ha incursionado en la  narrativa, el ensayo y en la poesía ¿cómo visiona  estos géneros en la literatura venezolana actual?

AM: Creo que  tanto la narrativa como el ensayo y la poesía son géneros que juntos o por separado,  mantienen su vigencia en la actualidad y con gran entusiasmo por parte de los nuevos practicantes.

 

AJA: ¿Cómo evaluaría  la literatura venezolana en estos últimos seis años, pleno inicio del siglo XXI?

AM: Se podría decir con propiedad que durante los últimos seis años ha ocurrido una verdadera eclosión literaria en todos los géneros, especialmente en narrativa y poesía. Se trata de una literatura que ya se perfila como crítica, urbana, muy libre en la forma que por ahora  se podría catalogar (como ya lo señalé al comienzo de la entrevista), simplemente como Literatura Urbana,  o  “Literatura del Caos”. Son muchos los nombres de nuevos escritores que acuden a mi memoria mientras respondo la entrevista, y ante el temor de omitir algunos, he decidido no mencionarlos.

Antonieta Madrid

Caracas, Noviembre 2007


 

 

Entrevista para la Cátedra: Análisis Literario I.

Facultad de Ciencias de la Educación. Mención Lengua y Literatura.

Universidad de Carabobo.

Realizada por: Luis Castillo y Angélica García.

 

1.- Pregunta: De los Movimientos Literarios existentes como el Romanticismo, Modernismo, Clasicismo, Dadaísmo, entre otros. ¿A cuál se inscribe o pertenece Antonieta Madrid?

AM: A ninguno de los movimientos literarios mencionados. La novela No es tiempo para rosas rojas se adscribe a la innovación literaria de la década de los sesenta y parte de los setenta, caracterizada por la ruptura con el realismo mágico imperante y la narrativa convencional para destacar   la liberación del lenguaje y el empleo de nuevas estructuras narrativas como producto de los grandes cambios habidos en el mundo y reflejados a niveles continental y nacional.

2.- P: No es tiempo para rosas rojas  ¿muestra una realidad personal de la autora o una realidad ficticia?

AM: Se trata de una obra de ficción en todos sus términos, lo cual no excluye que se refiera a algunos acontecimientos que hayan   impactado a  la autora, pero en ningún momento se podría decir que es una novela  autobiográfica. Movimientos como la Contracultura (Susan Sontag y Andy Warhol, entre otros representativos de la época), el Movimiento Hippie, el Orientalismo (Yoga, Budismo Zen), las reacciones juveniles en contra de la  Guerra de Vietnam, la Revolución Cultural China, el Mayo francés, la construcción del Muro de Berlín, el Estructuralismo y la Semiología, entre muchos otros, hasta las primeras  aproximaciones al llamado posmodernismo...

3.- P: ¿A qué se debe el título  “No es Tiempo para rosas Rojas”?

AM: El título está contenido en el texto de la novela: “... de que no tengo nada que ver con esas miradas ajenas, de que no estamos para fiestecitas, de que no es tiempo para rosas rojas...” (Ver el antepenúltimo parágrafo del Capítulo 51, pag. 197 de la Edición de Monte Avila. Biblioteca Básica de Autores Venezolanos; p.  221 de la edición de la Col. El Dorado; y p.181 de las dos  ediciones  de la   Col. Continente, Monte Avila  1975 y1983. Las rosas rojas simbolizan fiestas, enamorados, momentos de glamour, etc.

4.- P: ¿Qué quiere  o busca reflejar Antonieta Madrid en esta importante obra?

AM: El salto generacional operado en los sesenta cuando las mujeres rompen el silencio y se expresan libremente según sus propios criterios, logrando una nueva forma de percibir la realidad circundante y una  visión más totalizante del mundo. Había un abismo entre la forma de vida de nuestras madres y abuelas y las nuevas actitudes adoptadas por la juventud de los sesenta.

5.- P: En su opinión ¿Qué debe conocer el lector para comprender  la obra “No es Tiempo para Rosas Rojas? ¿O para abordar  la lectura de esta obra?

AM: En primer lugar, darse una vuelta por los acontecimientos que impactaron  el mundo y allí encontrará la razón de su escritura: en esta novela estamos ante  una literatura urbana donde la ciudad de Caracas ocupa un lugar protagónico. También se trata de  una literatura de la violencia por estar enmarcada en la llamada Década Violenta por los analistas de la época y por último de una literatura de la innovación, al incorporar novedosos recursos literarios y nuevas técnicas narrativas muy cercanas a la cinematografía, como el trastocamiento de los planos narrativos.

6.- P: ¿Qué puede conocer el lector a través de la obra “No es Tiempo para Rosas Rojas”?

AM: Podría decir que  en “No es tiempo para rosas rojas” estamos ante una novela de la transición entre dos épocas radicalmente diferentes y en lo que respecta a la escritura de la mujer al pasar casi inadvertidamente, aunque con paso firme,  del tímido murmullo de los primeros intentos  a la abierta protesta contenida en la  escritura de la época  y al mismo tiempo de la puesta en escena del proceso de la toma de conciencia de toda una generación.

7.- P: ¿Cuál es el tema  esencial o primordial de la obra “No Tiempo para Rosas Rojas?

AM: El tema principal es el amor, acompañado de la concepción de una nueva forma de pareja humana y de la adopción de una  actitud ante la vida más cónsona con la realidad, en todos los ámbitos: personal, amoroso, profesional, creativo y sobre todo la búsqueda de la plena  realización  de  los sueños.

8.- P: ¿Qué símbolos cree Antonieta Madrid que puede haber en la novela “No es Tiempo para Rosas Rojas”? Por ejemplo: En la obra “Romeo y Julieta”, de Shakespeare el símbolo es el veneno que en ese caso no representa la muerte sino la salvación, es decir, una oportunidad para seguir amándose aún después de la muerte (¿El símbolo es algo que tiene gran significación e importancia para la protagonista de la obra?).

AM: En primer lugar el símbolo más notorio es la libertad para vivir de acuerdo según su propio juicio, sabiendo (la protagonista) que la libertad tiene un precio que hay que pagar, incluso a costa de la propia felicidad. En un segundo plano estaría el símbolo de la creatividad ya que su propia actitud ante la vida, al ser diferente y diversa, ya es creativa. Se podrían encontrar otras simbologías contenidas implícitamente en el texto pero ya eso le correspondería a los lectores.

 


Antonieta Madrid


Caracas, 7 de Agosto de 2008


 

RESPUESTAS A LA ENTREVISTA DE


HALLIE HERNÁNDEZ ALFARO


PARA LA REVISTA “ALAIRE”:


 

 

1.- ¿Qué significa para ti el ejercicio de la narrativa?

AM: Escribir ha sido y sigue siendo una práctica esencial para mí, no sólo por el placer y el goce lúdico de narrar libremente, sino por dejar fluir la imaginación, hasta crear una realidad paralela. En algunos momentos cruciales de mi vida he tratado y hasta me he propuesto dejar de escribir pero hasta ahora me ha sido imposible: las palabras se van acomodando solas a la narración como si fueran pronunciadas por un duende que me dicta sin parar...

2.- ¿Cuándo descubre Antonieta su destino literario?

AM: Crecí entre libros. Entre mi padre -lector empedernido- y una tía paterna amante de la literatura, despertaron mi interés por la literatura  y comencé a leer, desde muy niña,  los libros que estaban a mi alcance, de manera que a los trece o catorce años de edad ya contaba con un cúmulo de lecturas que podían sorprender a  cualquier adulto promedio. Había leído de J. P. Sartre, “Los Caminos de la Libertad” (La Náusea, La Muerte en el Alma y El Aplazamiento); los escritores rusos (Dostoievski, Tolstoy, Turgeniev y otros); los norteamericanos (Faulkner, Hemingway, Fitzgerald y John Dos Pasos, entre otros. Comencé a llevar un diario y escribiendo relatos que nunca llegué a publicar, hasta la década de los sesenta mientras estudiaba en la UCV que publiqué algunos relatos más recientes en diarios y revistas nacionales.

3.- Siendo muy joven estudiaste en el extranjero, ¿cómo influye en tus trabajos esta geografía temporal?

AM: Desde muy joven viaje extensamente por el mundo (América latina, Europa, USA) y  después durante el ejercicio por casi treinta años (28) de la diplomacia en representación de mi país, lo que me confirió una visión más totalizante del mundo ampliando considerablemente mi percepción de la realidad. Resulta innegable la influencia que ha ejercido la experiencia de vivir en otras latitudes, en mi escritura. En 1968,  después de haberme graduado en Educación por la Universidad Central de Venezuela (UCV) y haber obtenido una beca de la Universidad de Iowa (School of Letters), donde recibí en 1970,  el título de “Honorary Fellow in Writing”, comencé a escribir disciplinadamente y  entre Iowa City y Nueva York escribí mis primeros tres libros: Nomenclatura Cotidiana (NY 1970), Reliquias de trapo  (Monte Avila, 1972) y No es tiempo para rosas rojas (Monte Avila, 1975).

4.- ¿Qué piensas de la literatura de géneros?

AM: Pienso que la literatura es una sola ya sea escrita por hombre o mujer. Reconozco  que hay diferencias en cuanto a los temas elegidos, pero no me inclino por radicalismos de género. Claro que al ser mujer escribo como mujer y abordo ciertos temas  desde un punto de vista femenino, pero hasta allí llego. Nunca escribiría panfleto de género.

5.- Me gustaría mucho que nos hablaras de dos de tus novelas, No es tiempo para rosas rojas, 1975 y De raposas y de lobos, 2001. ¿Qué abismo separa o une la esencia de ambas?

AM: A pesar del tiempo transcurrido  (26 años) entre la publicación de ambas novelas, el abismo no parece tan profundo, según la opinión de estudiantes y profesores que las han estudiado. Entre las convergencias habría que destacar el tema urbano (la ciudad protagónica) y la ambientación universitaria y entre las divergencias destacaría que en   No es tiem8po para rosas rojas, la narración es más fluída,  mientras   que en De  raposas y de lobos, prevalece la reflexión estética y la elaboración estilística y estructural al formar parte (De raposas y de lobos) de una trilogía que comienza con Ojo de Pez, Planeta, 1990) y culmina con “Limbos y Laberintos (inédita) y plantea una suerte de propuesta o ars narrativo  de la novela que se cuenta sí misma.

6.- Antonieta es una escritora polifacética. Manejas y oficias el ensayo, los relatos cortos, la novela. ¿Cómo recuerdas tu incursión en la poesía?

AM: Los poemas de Nomenclatura Cotidiana (Naming day by day, en inglés), los únicos publicados hasta la fecha, salvo algunos publicados en revistas literarias (Rev. Zona Franca, Rev. Nacional de Cultura y el Papel Literario de El Nacional) fueron escritos en Iowa unos y otros reescritos y traducidos por tres colegas de la universidad (Raymond Krill, Sidney Smith y Bill Dickerson). Recuerdo   esta incursión en la poesía como el producto de  una época de espiritualidad y conmoción cultural por todo lo percibido durante esos años (1968-1972).

7.- Qué escritores venezolanos contemporáneos recomendarías para los lectores de nuestro foro?

AM: La lista de escritores venezolanos cuyas obras merecen  estudio resultaría muy larga, prefiero no nombrarlos por temor a cometer olvidos innecesarios. Pido disculpas por tan inmerecidas omisiones...

Antonieta Madrid

Caracas, 31 de Agosto de 2008

 

 

 

 

 

 

Respuestas de Antonieta Madrid para  la sección

¿Quién es...?  de la Revista ¿Qué leo? (*)

        

1.- ¿Qué olor le recuerda la infancia?

         AM: El olor de las matas de jazmín en el pequeño jardín  de la casa.

2.- La peor imprudencia de su vida.

         AM: Son tantas que me resulta difícil decir cuál  sería la peor.

3.- ¿Cuál es su mayor debilidad?

         AM: Comer chocolates.

4.- Su mayor decisión.

AM: No me gusta tomar decisiones, prefiero dejarme llevar por la corriente de la vida, pero creo que mi mayor decisión fue escribir y sobre todo, publicar.

5.- Qué personaje de ficción le gustaría  convertir en realidad?

         AM: Dos antihéroes: Leopoldo Bloom (Joyce) y el doctor Bovary (Flaubert).

6.- ¿Cuál fue el último libro que  no terminó de leer?

         AM: Tengo varios en proceso de lectura. Prefiero no nombrarlos por respeto a sus autores.

7.- ¿A quién le daría el premio Nobel de literatura?

         AM: A Rafael Cadenas.

8.- ¿Qué le produce mal humor?

         AM: La injusticia.

9.- Una película.

         AM: “The hours” sobre la novela “Mrs. Dalloway” de Virginia Woolf.

10.- Algunos escritores venezolanos.

         AM: Son tantos y tan buenos que prefiero no caer en el lugar común de las listas y por temor a las omisiones involuntarias.

11.- ¿En dónde queda el paraiso?

         AM: En el apartamento donde vivo.

12.- ¿Una vista favorita?

         AM: El trozo del Avila  desde la ventana del cuarto donde escribo.

13.- Palabra favorita:

         AM: ¡LIBERTAD!

14.- ¿A cuál de los cinco sentidos le da más importancia importancia y por qué?

         AM: A la vista. Por la vista se percibe  todo y pones a funcionar la imaginación.

15.- Un deseo.

AM: ¡PAZ!         

16.- Un momento histórico nacional.

         AM: El 23 de Enero de 1958.

17.- Un momento histórico universal.

         AM: Noviembre de 1989 con la caída del Muro de Berlín.

18.- ¿Alguna anécdota especial de su trabajo?

            AM: Cuando me dieron el Premio Municipal del Distrito Federal por la novela “No es tiempo para rosas rojas. No lo podía creer y fue tal el susto que me mudé por seis semanas a la casa de unos amigos en La Florida.   Antonieta Madrid

(*): Publicada en la Rev. “¿Qué Leo?” N° 56. Caracas,  Octubre de 2008.

 

 

 

Entrevista a Antonieta Madrid / Parte II

 

(Para: “Herederos del Caos”)

 


Por: Juan Carlos Vásquez


 

 

-¿Cuál fue la razón determinante para que Antonieta Madrid se viese impulsada a escribir?

 -AM: Creo que lo que me impulsó a escribir desde muy joven fueron varias razones, aunque ninguna fue determinante. En primer lugar, las lecturas con las que ya contaba: a los doce o trece años,  me había leído “Los Caminos de la Libertad” (“La edad de la razón”, “La muerte en el alma” y “El aplazamiento”), de J. P. Sartre; los libros de Marguerite Duras y Nathalie Serraute; los escritores rusos: Tolstoy y Dostoievski, entre otros; los norteamericanos, Faulkner, Fitzgerald, Dos Pasos, etc., además de los españoles, desde Cervantes hasta los latinoamericanos y muchos otros escritores cuya lista se haría muy larga... En segundo lugar, mi carácter introvertido,  crecer en una familia extendida y estar siempre rodeada de gente, contribuían a mi aislamiento voluntario y por último, tener a mi alcance todos estos libros, gracias a la afición de mi padre y una tía paterna, por la lectura.


 

-¿Tiene alguna rutina? ¿Cuáles son las horas predilectas y sitios que revisten esa energía necesaria para desarrollar sus ideas?

 -AM: Siempre he tratado de mantener una rutina aunque no se trata de una disciplina  estricta. Escribo cuando puedo y tengo una idea clara de lo que voy a escribir. En cuanto a las horas predilectas, prefiero las horas de la tarde y primeras horas de la noche, cuando puedo escribir en calma. Sobre el lugar para escribir, siempre he tenido un espacio reservado sólo para escribir, por lo general cerca de una ventana.

 

-¿A quiénes considera sus Maestros?

 -A.M.: Creo que de cada lectura queda algo que contribuye a formar un modelo propio, pero entre mis verdaderos maestros contaría a  James Joyce (“Ulises) y  Julio Cortázar (“Rayuela), para la novela y para el cuento, Faulkner y el mismo Cortázar.

 

-¿Cree en la inspiración, o maneja intelectualmente la obra?

 -AM: Creo en la inspiración y en la conveniencia del manejo intelectual de la obra. La inspiración te puede venir inesperadamente, sin aviso, te sorprende y allí se queda hasta que debes hacer algo con esa idea que ocupa tu mente y no te suelta hasta que pones manos a la obra y comienzas a ordenar tus ideas y a bosquejar la obra. Después, viene el trabajo intelectual, la estructura y en eso consiste el trabajo creativo, en cómo armar el rompecabezas porque a  veces puede resultar más relevante el cómo lo dices (la forma) que lo que realmente pretendes comunicar (el contenido).

 

 -Usted es una escritora muy versátil. ¿Cómo fue el paso a los cuentos y novelas a partir de la síntesis que implica la poesía?

 -AM:  Fue muy gradual: primero escribía poemas, o más bien, textos cortos, como un diario poético, publicado años más tarde en edición bilingüe, como “Nomenclatura Cotidiana”/“Naming day by day “ (New York, 1970). Durante los sesenta escribía relatos que fueron publicados en diarios y revistas. Algunos de estos relatos fueron recogidos en un libro, “Reliquias de trapo”, editado por Monte Avila en 1972, luego de haber obtenido el Primer Premio del Concurso Interamericano de Cuento, con el relato “Psicodelia”, contenido en este volumen. Después vino mi primera novela, “No es tiempo para rosas rojas”.

 

-Cuéntanos el camino que siguió hasta la publicación de su primera novela, “No es tiempo para rosas rojas”.

 -AM: Una vez  concluidos mis estudios universitarios en Caracas (UCV, 1968), cuando ya me encontraba en la Universidad de Iowa, con tiempo suficiente para escribir, comencé a hilvanar los textos sueltos que guardaba en varios cuadernos que había traído conmigo y descubrí, con sorpresa, que ya no se trataba de relatos sueltos, sino que tenía en mis manos una novela. A mi regreso en Caracas, después de haber vivido un tiempo en Nueva York, le di los últimos toques y la envié al Concurso, donde obtuvo el Primer Premio Municipal del Distrito Federal, en 1974. Publicada por Monte Avila en 1975, esta novela lleva varias ediciones y aún me sorprende el interés que ha despertado ante la crítica y sobre todo en diversas universidades nacionales y del exterior. También debo agregar que si la hubiera escrito ahora, sería otra novela y aunque he estado tentada a cambiar algunos detalles, me he abstenido de hacerlo y la he dejado como la primera vez.

 

- Hizo un postgrado en la Universidad de Iowa, trabajó en cargos diplomáticos  por casi 30 años.  ¿Cuál ha sido el, o los lugares que despertaron en mayor grado su sensibilidad, esos sitios que perduraran en su memoria como una grandiosa fuente de inspiración?

 -AM: Son muchas las ciudades donde me sentí a gusto, de ahí que considero mi escritura como literatura urbana. Lo que más me fascina de vivir en la ciudad es la posibilidad de crear tu propio mundo dentro de la ciudad y sobre todo mantener el anonimato, ver la gente cuando lo deseas y cuando no, recluirte en tu propia burbuja. En todas las ciudades donde he vivido me he encontrado a gusto pero entre mis preferidas están Caracas, mi ciudad; además de Nueva York,  París, Buenos Aires, Atenas y Varsovia, entre otras...    

 

- ¿Qué extrañaba de Venezuela?

 -AM: Extrañaba la familia, los amigos, todos mis afectos, además del clima, el paisaje cambiante, el cerro El Avila y el cielo más azul. Durante los años que viví en el exterior, traté de tomar lo mejor de cada lugar y disfrutarlo. Lo que nunca extrañé fue la comida. Creo que cada país tiene su propia cocina y debes disfrutarla. Igual disfruté, sin quejarme, los largos inviernos de Europa y Estados Unidos.

 

- Partiendo de su novela  “No es tiempo para rosas rojas” en ese entonces transcurría la primera década de la democracia en Venezuela. Había caído el régimen dictatorial del General Marcos Pérez Jiménez. La novela refleja un proceso de cambio en las conductas, revela nuevas formas en la generación. ¿Qué separa o une aquella época con la actualidad venezolana?

 -AM: Evidentemente, la novela refleja nuevas formas de conducta humana propias de la nueva generación y de los grandes cambios, tecnológicos, culturales, artísticos y literarios     habidos en el mundo durante la década de los sesenta y primera mitad de los setenta cuando se operó una verdadera ruptura  con los cánones familiares, una profunda separación entre las costumbres de  nuestros antepasados más inmediatos y las de nuestra propia generación, hasta la conformación de una nueva forma de pareja humana, producto a su vez  de una visión más totalizante del mundo, propia de las nuevas generaciones. Entre aquella época y la actual  resultan obvias las diferencias y habría que confiar en la juventud de hoy para lograr nuevos cambios.

 

-¿Qué tanto por ciento de sus historias están basadas en hechos o personajes reales, y cuántas son completamente ficticias?

 -AM: Pienso que en toda escritura, ficción y realidad forman un todo  indisoluble. Toda ficción, aún la más atrevida, proviene o está basada en la realidad. Esto no quiere decir que se trate de autobiografía sino de un reordenamiento de la realidad, de una realidad paralela organizada por el autor quien al desdoblarse en sus diversos personajes logra, con su doble mirada de la realidad, construir  un mundo hipotético que vendría a significar la ficción. Aunque ciertas historias resulten más ficticias que otras, todas, sin excepción, provienen de la realidad, sea ésta biográfica, libresca, inventada o simplemente imaginada.

 

-En de Raposas y de Lobos, los personajes se transfiguran, toman formas acordes a sus impulsos. Hay aspectos muy visuales, una exploración lingüística que, a medida de la lectura,  nos va internando en los múltiples enfoques de unos personajes alterados. ¿Cómo fue el proceso de escritura de esa maravillosa obra?  ¿Por qué escoge un Psiquiátrico para ambientar parte de los sucesos?

  -AM: Ciertamente en esta novela se trata de una exploración lingüística, visual, imaginativa y sobre todo, psicológica. Recuerdo que comencé a escribir una suerte de diario titulado “El cuaderno de Fulvia Fénix” y  a medida que avanzaba en el diario de Fulvia, comenzaron a surgir otros personajes como extraídos del sombrero de un mago y fueron lobos y raposas y seres extravagantes  que actuaban libremente y yo sólo transcribía lo que ellos me iban  dictando... Aunque nunca he estado, como paciente,  en un psiquiátrico, sí he visitado a seres muy queridos, muy cercanos y gracias a estas esporádicas visitas he podido percibir el funcionamiento de estos centros y cómo algunos (lamentablemente, no todos), de los que allí han acudido han podido lograr el beneficio de la salud mental. 

 

- ¿Hasta donde considera la escritura como un riesgo, teniendo en cuenta la delgada línea que divide lo real de lo imaginario?

-AM: Existe ese riesgo y todo depende del grado de identificación del escritor (a) con sus personajes y las situaciones descritas. Se ha hablado de la escritura como catarsis, también de su carácter premonitorio de ciertos hechos en la vida de sus autores, pero creo que está en las manos del autor, conducir su propia escritura por los caminos deseados.

   

 -¿Cuánto tiempo tarda  en escribir una novela? ¿Y cuánto en su repaso? -¿Hasta que punto se debe estar alejado de una experiencia para reflejarla?

 -AM: Una novela se puede escribir en seis meses, en un año, en tres o diez años, pero el “repaso” es otra cosa que te puede llevar  mucho tiempo y no tiene fin hasta que el libro sale de la imprenta y aún así, te queda la opción de corregir  las pruebas de página de las reediciones. Para reflejar una experiencia, creo que mientras más tiempo transcurra, entre la experiencia y su escritura, más se va clarificando y transformando en material de escritura pero siempre habría que actuar con el debido  distanciamiento intelectual para hacerla más literaria.

 

 -En sus obras se vierte una admiración a la vida, pero a la vez hay una constante indagación y cuestionamiento de la misma que tiene que ver con la angustia y el vacío  ¿desde qué perspectiva se observa ahora?

 -AM: Paralelamente al gusto por la vida, marcha el cuestionamiento que a su vez genera angustia y vacío existencial. Es como un temor y a la vez un goce intrínsecos al acto de vivir y cuánto más vivimos, ese temor se afinca para liberarlo en la escritura, ayudado por el distanciamiento. 

 

-Poesía, relato, novela, ¿Cuál ha sido el género con el que más se identifica?

 -AM: Me identifico plenamente con la novela como género abierto, de estructura variable, ligado al ludismo  que permite la creación con total libertad, sin las limitaciones canónicas del cuento y la poesía...

 

-¿Hay un instante de más conexión interior en Antonieta Madrid, en que circunstancias percibe  ese más allá que se ve reflejado en tus textos?

 -AM: Al interiorizar las experiencias cotidianas, tal como se nos van presentando, sobre todo aquellas que se constituyen en hitos de la memoria, nos encontramos con que  ese “más allá” está íntimamente conectado con un “más acá”. Para mí, toda  literatura es una mezcla de memoria e imaginación.

 

-¿Algún nuevo proyecto?

 -AM: Tengo varios proyectos dando vueltas en mi ordenador, tres de estos (una novela, un conjunto de relatos cortos y otro sobre la  memoria de una escritura que recoge la historia de cada libro escrito) en trance de publicación. y otros proyectos a mitad de camino, como un diario de Nueva York, allá por los años setenta, que incluye un viaje entre Nueva York y California, siguiendo la ruta (“On the road”) de Jack Kerocuac.

 

-¿Qué encontrará el lector en su última obra?

 -AM: Cada uno de mis libros publicados hasta ahora, ha sido escrito como si fuera el último, pero  en estos que están en proceso (“Work-in-progress”),  pienso que se trata  de  variaciones de una línea de escritura que se extiende en el tiempo aunque siempre tratamos de apostar por algo nuevo.

 

-¿Hasta que punto cree  que interviene la crítica literaria que tiene su asiento en la prensa escrita sobre el éxito de un libro o un autor?

 -AM: Creo que la clave del éxito de una obra y de un autor (a) está en los lectores y en la pervivencia del interés de éstos  por esa obra. También tenemos la crítica proveniente de los sectores universitarios, mucho más constructiva aunque menos eficaz en cuanto al “éxito” (fama y ventas) de un escritor se refiere. La fama, como un cuchillo de doble filo, halaga al escritor por un lado y por el otro, lo agrede. También está la autopromoción de algunos autores que a la larga sólo les genera ansiedad y frustración. Pienso que el escritor (a)  no debe preocuparse por el éxito de su obra sino escribir, disfrutando de lo que está escribiendo sin preocuparse por el éxito editorial o económico.

 

-¿Qué libros de esta ultima década han llamado su atención? ¿Qué destacaría de la literatura actual, hoy que parece que  tiende a abusarse en el uso y la repetición de ciertos clichés?

 -AM: Muchos son los nuevos autores que  destacan actualmente y han llamado mi atención. Los he leído y hasta he presentado a algunos (as) en grupos de lectura y otros eventos. Se trata de una literatura  urbana que me atrevería a catalogar como “Literatura del Caos” por cuanto estas obras reflejan el caos urbanístico, social y cultural que se vive en las grandes ciudades y la crisis mundial en todos sus aspectos, incluyendo el ecológico. Sobre esta escritura emergente, podríamos decir que estamos ante  un nuevo “boom” literario, a pesar de las dificultades editoriales.

 

-¿Cuál consideras que es la mejor formación para un escritor en potencia?

 -AM: Siempre he creído en el papel beneficioso de los talleres literarios, por tratarse de espacios de confrontación de la propia escritura con la de otros talleristas. Además de los talleres estaría la lectura,  porque lectura y escritura se nutren mutuamente  y enriquecen la obra. Se especula que las innovaciones tecnológicas en el campo de las comunicaciones, acabará con el libro y el hábito de la lectura, pero no será así porque siempre habrá lectores y la literatura seguirá siendo un círculo de iniciados...  

 

-Un lugar que no conozco al cual le gustaría ir

 -AM: Me gustaría ir a Australia, uno de los países que nunca he visitado y me atrae. También deseo ir a Dublin, Irlanda y un cuatro de junio, Día de Leopoldo Bloom, pasear la ruta descrita por Joyce en el Ulises.

 

¿Qué recomendación daría  a los Lectores de Herederos del Caos, que escriben y no han tenido el privilegio de ser publicados?

 -AM: A ustedes, queridos lectores de Herederos del Caos sólo les recomiendo que escriban confiados en que el momento de ser editados  llegará y más ahora, con las nuevas posibilidades que  los medios electrónicos ponen a la disposición de los escritores que comienzan. Aunque antes había mayores oportunidades editoriales, ahora, en el reino de la virtualidad, podemos estar seguros de que  no habrá escritor que no logre hacer llegar a los lectores del mundo sus escritos...  ¡Suerte a todos! Muchas gracias. Ha sido un placer responder a esta entrevista... Antonieta Madrid.

 

Antonieta Madrid


 

 

(En: “Herederos del Caos N° 19. Agosto, 2010)

 

 

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