Entrevistas a la autora:
Los libros caminan solos,
mientras el autor, agazapado,
los mira caminar...
El duende
Entrevista de Ana Julia Allen.
(Revista ¿Qué Leo? N° 51. Caracas, Noviembre
de 2007).
AJA: ¿Cuáles rasgos
de estilos literarios anteriores, como regionalismo, realismo mágico, novela
histórica y literatura femenina, entre otros, podrían encontrarse en la
narrativa actual?
A.M: Mientras el
realismo mágico ha sido superado, se continúa escribiendo la novela
histórica y sobre la narrativa escrita
por mujeres que irrumpe exitosamente en la segunda mitad de los años sesenta y
buena parte de los setenta, debo aclarar que nunca la he catalogado como
“literatura femenina” porque creo que
hombres y mujeres cuando escribimos nos enfrentamos a los mismos
problemas de estilo, lenguaje, estructura y tratamiento de los respectivos
contextos socioculturales, por lo que más bien se podría hablar de una narrativa, más libre y transgresora que
rompe con los moldes de la literatura canónica y mantiene su vigencia en la
actualidad. Pero no podría obviar referirme a tres novelas que podrían haber sido escritas en cualquier
época: el “Quijote” de Cervantes; el “Ulises” de James Joyce y “Rayuela” de
Julio Cortázar y pasará mucho tiempo antes de ser superadas...
AJA:
¿Qué efectos culturales o cambios literarios cree usted que se han
producido bajo el proceso de
transformación que vive el país
actualmente?
AM:
Una cosa es la escritura que refleja un contexto social y político y otra la
literatura ideológica, llamada por Roland Barthes “literatura comprometida” en
contraposición a su aclamado “grado cero de la literatura”, o literatura no
contaminada. Pienso que el escritor debe
ser fiel a su concepción del mundo en el sentido más totalizante del término,
pero de allí al panfleto literario hay un abismo.
Sobre el “vanguardismo” de mediados del siglo XX (boom y
parte del post boom) y el “posmodernismo” de los ochenta y noventa, cuyos
postulados básicos de ruptura y confrontación perviven en la actualidad, habría
que aclarar que el término “posmodernismo” que igualmente podría designársele como transmodernismo o
neomodernismo, corresponde a un momento de ruptura con los paradigmas de orden, perfección,
funcionalidad y progreso de la modernidad. En este sentido seguimos en la
posmodernidad hasta la aparición de nuevos paradigmas que guíen la creación
artística en todos sus ámbitos aunque sin modificarla.
Con
respecto a la frase de Luis Britto García a quien admiro como escritor y
considero que su obra literaria
representa un hito insoslayable en la literatura de todos los tiempos,
pienso que, evidentemente, “toda
clausura de proyectos tiene definidos efectos culturales”(sic) en la actualidad
socio-política del país. Pienso que los efectos de estos cambios resultan
elocuentes en todos los ámbitos de la creación artística y en la literatura
(sin emitir juicios de valor) creo que los cambios más notorios se reflejan con
mayor nitidez en la literatura urbana que podríamos llamar con propiedad “Literatura del Caos”,
propia de la época actual, no solo en nuestro país sino en el mundo entero.
AJA:
¿Cree que el regreso al pasado y el énfasis en la memoria sigue latente en la
actual narrativa venezolana?
AM:
La escritura es una mezcla de imaginación y memoria. No podemos escribir sobre
lo que no conocemos. Esto no quiere decir que los recuerdos sean personales,
pueden ser recreados o simplemente
imaginados o reformulados, pero
ajustados a una posible realidad. Aún en el caso de la literatura
fantástica, siempre hay una base real que provee a la escritura de la verosimilitud indispensable.
De las cuatro novelas que he escrito, en la primera (No es tiempo para rosas
rojas. Monte Avila, 1975, varias ediciones) me refiero a la llamada década
violenta, contexto ineludible para la época en que fuera escrita (fines de los
sesenta y comienzos de los setenta), pero en las tres siguientes (Ojo de Pez,
Planeta 1990; De raposas y de lobos, Alfaguara 2001 y Limbos y
Laberintos, novela en clave fragmentaria, aún inédita), me propuse una
trilogía sobre la novela que se
cuenta a sí misma, con temas complementarios como la saga familiar, la
metanovela y la fotografía en Ojo de Pez; la novela urbana, el mundo de
la psiquiatría visto desde el punto de vista de la paciente, al igual que una
lectura del imaginario latinoamericano, en De raposas y de lobos; y el
tema del nomadismo cultural desde una estética globalizadora, la hibridación de
genéros y el replanteamiento de algunos
mitos, en Limbos y laberintos.
AJA: ¿Para quién
escribe usted?
AM: El público lector en Venezuela es muy
variado. La mayoría lectora se inclina por libros de autoayuda, sobre la
situación política del país y sobre la historia. Creo que en este orden van las ventas, quedando la literatura de
ficción relegada a un nicho de escasa
venta aunque hay lectores para todo en el
boom editorial que se puede apreciar en los momentos que vivimos.
A la pregunta ¿para quién escribe usted? Debo responder que comencé desde muy joven pero
nunca me pregunté a quién estaba destinado lo que escribía. Nunca me propuse
vivir de la escritura, aunque siempre me lo tomé en serio, como una profesión
que ejercería sin remuneración. Escribo porque lo disfruto, porque me es
fácil y porque mis lectores me
han animado a seguir haciéndolo. En todo caso creo que se escribe para un
lector hipotético que viene a ser el propio escritor. La experiencia me ha
dicho que escribo para las universidades si llegara a contar las tesis y otros
trabajos que han originado mis novelas y relatos. Así que escribo porque sí,
sin preguntarme el porqué o el para quién.
AJA:
Usted ha incursionado en la narrativa,
el ensayo y en la poesía ¿cómo visiona
estos géneros en la literatura venezolana actual?
AM:
Creo que tanto la narrativa como el
ensayo y la poesía son géneros que juntos o por separado, mantienen su vigencia en la actualidad y con
gran entusiasmo por parte de los nuevos practicantes.
AJA: ¿Cómo evaluaría la literatura
venezolana en estos últimos seis años, pleno inicio del siglo XXI?
AM: Se podría decir con propiedad que durante los últimos seis años ha
ocurrido una verdadera eclosión literaria en todos los géneros, especialmente
en narrativa y poesía. Se trata de una literatura que ya se perfila como crítica,
urbana, muy libre en la forma que por ahora
se podría catalogar (como ya lo señalé al comienzo de la entrevista),
simplemente como Literatura Urbana, o “Literatura del Caos”. Son muchos los nombres
de nuevos escritores que acuden a mi memoria mientras respondo la entrevista, y
ante el temor de omitir algunos, he decidido no mencionarlos.
Antonieta
Madrid
Caracas, Noviembre 2007
Entrevista
para la Cátedra: Análisis Literario I.
Facultad
de Ciencias de la Educación. Mención Lengua y Literatura.
Universidad
de Carabobo.
Realizada
por: Luis Castillo y Angélica García.
1.- Pregunta: De los Movimientos Literarios existentes como el Romanticismo,
Modernismo, Clasicismo, Dadaísmo, entre otros. ¿A cuál se inscribe o pertenece
Antonieta Madrid?
AM: A
ninguno de los movimientos literarios mencionados. La novela No es tiempo
para rosas rojas se adscribe a la innovación literaria de la
década de los sesenta y parte de los setenta, caracterizada por la ruptura con
el realismo mágico imperante y la narrativa convencional para destacar la liberación del lenguaje y el empleo de
nuevas estructuras narrativas como producto de los grandes cambios habidos en
el mundo y reflejados a niveles continental y nacional.
2.-
P: No es tiempo para rosas rojas ¿muestra una realidad personal de la autora o
una realidad ficticia?
AM:
Se trata de una obra de ficción en todos sus términos, lo cual no excluye que
se refiera a algunos acontecimientos que hayan
impactado a la autora, pero en
ningún momento se podría decir que es una novela autobiográfica. Movimientos como la
Contracultura (Susan Sontag y Andy Warhol, entre otros representativos de la
época), el Movimiento Hippie, el Orientalismo (Yoga, Budismo Zen), las
reacciones juveniles en contra de la
Guerra de Vietnam, la Revolución Cultural China, el Mayo francés, la
construcción del Muro de Berlín, el Estructuralismo y la Semiología, entre
muchos otros, hasta las primeras
aproximaciones al llamado posmodernismo...
3.- P: ¿A qué se debe el título “No
es Tiempo para rosas Rojas”?
AM:
El título está contenido en el texto de la novela: “... de que no tengo nada
que ver con esas miradas ajenas, de que no estamos para fiestecitas, de que no
es tiempo para rosas rojas...” (Ver el antepenúltimo parágrafo del
Capítulo 51, pag. 197 de la Edición de Monte Avila. Biblioteca Básica de
Autores Venezolanos; p. 221 de la
edición de la Col. El Dorado; y p.181 de las dos ediciones
de la Col. Continente, Monte
Avila 1975 y1983. Las rosas rojas
simbolizan fiestas, enamorados, momentos de glamour, etc.
4.-
P: ¿Qué quiere o busca
reflejar Antonieta Madrid en esta importante obra?
AM:
El salto generacional operado en los sesenta cuando las mujeres rompen el
silencio y se expresan libremente según sus propios criterios, logrando una
nueva forma de percibir la realidad circundante y una visión más totalizante del mundo. Había un
abismo entre la forma de vida de nuestras madres y abuelas y las nuevas
actitudes adoptadas por la juventud de los sesenta.
5.-
P: En su opinión ¿Qué debe conocer el lector para
comprender la obra “No es Tiempo para
Rosas Rojas? ¿O para abordar la lectura
de esta obra?
AM:
En primer lugar, darse una vuelta por los acontecimientos que impactaron el mundo y allí encontrará la razón de su
escritura: en esta novela estamos ante
una literatura urbana donde la ciudad de Caracas ocupa un lugar
protagónico. También se trata de una literatura
de la violencia por estar enmarcada en la llamada Década Violenta por los
analistas de la época y por último de una literatura de la innovación,
al incorporar novedosos recursos literarios y nuevas técnicas narrativas muy
cercanas a la cinematografía, como el trastocamiento de los planos narrativos.
6.-
P: ¿Qué puede conocer el lector a través de la obra “No es
Tiempo para Rosas Rojas”?
AM:
Podría decir que en “No es tiempo para
rosas rojas” estamos ante una novela de la transición entre dos épocas
radicalmente diferentes y en lo que respecta a la escritura de la mujer al
pasar casi inadvertidamente, aunque con paso firme, del tímido murmullo de los primeros
intentos a la abierta protesta contenida
en la escritura de la época y al mismo tiempo de la puesta en escena
del proceso de la toma de conciencia de toda una generación.
7.-
P: ¿Cuál es el tema
esencial o primordial de la obra “No Tiempo para Rosas Rojas?
AM:
El tema principal es el amor, acompañado de la concepción de una nueva forma de
pareja humana y de la adopción de una
actitud ante la vida más cónsona con la realidad, en todos los ámbitos:
personal, amoroso, profesional, creativo y sobre todo la búsqueda de la
plena realización de los
sueños.
8.-
P: ¿Qué símbolos cree Antonieta Madrid que puede haber en la
novela “No es Tiempo para Rosas Rojas”? Por ejemplo: En la obra “Romeo y
Julieta”, de Shakespeare el símbolo es el veneno que en ese caso no representa
la muerte sino la salvación, es decir, una oportunidad para seguir amándose aún
después de la muerte (¿El símbolo es algo que tiene gran significación e
importancia para la protagonista de la obra?).
AM:
En primer lugar el símbolo más notorio es la libertad para vivir de acuerdo
según su propio juicio, sabiendo (la protagonista) que la libertad tiene un
precio que hay que pagar, incluso a costa de la propia felicidad. En un segundo
plano estaría el símbolo de la creatividad ya que su propia actitud ante la
vida, al ser diferente y diversa, ya es creativa. Se podrían encontrar otras
simbologías contenidas implícitamente en el texto pero ya eso le correspondería
a los lectores.
Antonieta Madrid
Caracas, 7 de Agosto de 2008
RESPUESTAS A LA ENTREVISTA DE
HALLIE HERNÁNDEZ ALFARO
PARA LA REVISTA “ALAIRE”:
1.- ¿Qué significa para ti
el ejercicio de la narrativa?
AM: Escribir ha
sido y sigue siendo una práctica esencial para mí, no sólo por el placer y el
goce lúdico de narrar libremente, sino por dejar fluir la imaginación, hasta
crear una realidad paralela. En algunos momentos cruciales de mi vida he
tratado y hasta me he propuesto dejar de escribir pero hasta ahora me ha sido
imposible: las palabras se van acomodando solas a la narración como si fueran
pronunciadas por un duende que me dicta sin parar...
2.- ¿Cuándo
descubre Antonieta su destino literario?
AM: Crecí entre
libros. Entre mi padre -lector empedernido- y una tía paterna amante de la
literatura, despertaron mi interés por la literatura y comencé a leer, desde muy niña, los libros que estaban a mi alcance, de
manera que a los trece o catorce años de edad ya contaba con un cúmulo de lecturas
que podían sorprender a cualquier adulto
promedio. Había leído de J. P. Sartre, “Los Caminos de la Libertad” (La
Náusea, La Muerte en el Alma y El Aplazamiento); los escritores
rusos (Dostoievski, Tolstoy, Turgeniev y otros); los norteamericanos (Faulkner,
Hemingway, Fitzgerald y John Dos Pasos, entre otros. Comencé a llevar un diario
y escribiendo relatos que nunca llegué a publicar, hasta la década de los
sesenta mientras estudiaba en la UCV que publiqué algunos relatos más recientes
en diarios y revistas nacionales.
3.- Siendo muy
joven estudiaste en el extranjero, ¿cómo influye en tus trabajos esta geografía
temporal?
AM: Desde muy
joven viaje extensamente por el mundo (América latina, Europa, USA) y después durante el ejercicio por casi treinta
años (28) de la diplomacia en representación de mi país, lo que me confirió una
visión más totalizante del mundo ampliando considerablemente mi percepción de
la realidad. Resulta innegable la influencia que ha ejercido la experiencia de
vivir en otras latitudes, en mi escritura. En 1968, después de haberme graduado en Educación por
la Universidad Central de Venezuela (UCV) y haber obtenido una beca de la
Universidad de Iowa (School of Letters), donde recibí en 1970, el título de “Honorary Fellow in Writing”,
comencé a escribir disciplinadamente y
entre Iowa City y Nueva York escribí mis primeros tres libros: Nomenclatura
Cotidiana (NY 1970), Reliquias de trapo (Monte Avila, 1972) y No es tiempo para
rosas rojas (Monte Avila, 1975).
4.- ¿Qué piensas
de la literatura de géneros?
AM: Pienso que
la literatura es una sola ya sea escrita por hombre o mujer. Reconozco que hay diferencias en cuanto a los temas
elegidos, pero no me inclino por radicalismos de género. Claro que al ser mujer
escribo como mujer y abordo ciertos temas
desde un punto de vista femenino, pero hasta allí llego. Nunca
escribiría panfleto de género.
5.- Me gustaría
mucho que nos hablaras de dos de tus novelas, No es tiempo para rosas rojas,
1975 y De raposas y de lobos, 2001. ¿Qué abismo separa o une la esencia de
ambas?
AM: A pesar del
tiempo transcurrido (26 años) entre la
publicación de ambas novelas, el abismo no parece tan profundo, según la
opinión de estudiantes y profesores que las han estudiado. Entre las
convergencias habría que destacar el tema urbano (la ciudad protagónica) y la
ambientación universitaria y entre las divergencias destacaría que en No es tiem8po
para rosas rojas, la narración es más
fluída, mientras que en De raposas y de lobos, prevalece la reflexión estética y la elaboración estilística y
estructural al formar parte (De raposas y de lobos) de una trilogía que
comienza con Ojo de Pez, Planeta, 1990) y culmina con “Limbos y Laberintos
(inédita) y plantea una suerte de propuesta o ars narrativo de la novela que se cuenta sí misma.
6.- Antonieta es
una escritora polifacética. Manejas y oficias el ensayo, los relatos cortos, la
novela. ¿Cómo recuerdas tu incursión en la poesía?
AM: Los poemas
de Nomenclatura Cotidiana (Naming day by day, en inglés), los únicos publicados hasta la fecha, salvo algunos
publicados en revistas literarias (Rev. Zona Franca, Rev. Nacional de Cultura y
el Papel Literario de El Nacional) fueron escritos en Iowa unos y otros
reescritos y traducidos por tres colegas de la universidad (Raymond Krill,
Sidney Smith y Bill Dickerson). Recuerdo
esta incursión en la poesía como el producto de una época de espiritualidad y conmoción
cultural por todo lo percibido durante esos años (1968-1972).
7.- Qué
escritores venezolanos contemporáneos recomendarías para los lectores de
nuestro foro?
AM: La lista de
escritores venezolanos cuyas obras merecen
estudio resultaría muy larga, prefiero no nombrarlos por temor a cometer
olvidos innecesarios. Pido disculpas por tan inmerecidas omisiones...
Antonieta Madrid
Caracas, 31 de Agosto de 2008
Respuestas de Antonieta Madrid para
la sección
¿Quién es...? de la Revista ¿Qué
leo? (*)
1.- ¿Qué olor le recuerda la
infancia?
AM: El olor de las matas de jazmín en el pequeño jardín de la casa.
2.- La peor imprudencia de
su vida.
AM: Son tantas que me resulta difícil decir cuál sería la peor.
3.- ¿Cuál es su mayor
debilidad?
AM: Comer
chocolates.
4.- Su mayor decisión.
AM:
No me gusta tomar decisiones, prefiero dejarme llevar por la corriente de la
vida, pero creo que mi mayor decisión fue escribir y sobre todo, publicar.
5.- Qué personaje de ficción
le gustaría convertir en realidad?
AM: Dos antihéroes: Leopoldo Bloom (Joyce) y el doctor
Bovary (Flaubert).
6.- ¿Cuál fue el último
libro que no terminó de leer?
AM: Tengo varios en proceso de lectura. Prefiero no nombrarlos
por respeto a sus autores.
7.- ¿A quién le daría el
premio Nobel de literatura?
AM: A Rafael Cadenas.
8.- ¿Qué le produce mal
humor?
AM: La injusticia.
9.- Una película.
AM: “The hours” sobre la novela “Mrs. Dalloway” de Virginia
Woolf.
10.- Algunos escritores
venezolanos.
AM: Son tantos y tan buenos que prefiero no caer en el lugar
común de las listas y por temor a las omisiones involuntarias.
11.- ¿En dónde queda el
paraiso?
AM: En el apartamento donde vivo.
12.- ¿Una vista favorita?
AM: El trozo del Avila
desde la ventana del cuarto donde escribo.
13.- Palabra favorita:
AM: ¡LIBERTAD!
14.- ¿A cuál de los cinco
sentidos le da más importancia importancia y por qué?
AM: A la vista. Por la vista se percibe todo y pones a funcionar la imaginación.
15.- Un deseo.
AM:
¡PAZ!
16.- Un momento histórico
nacional.
AM: El 23 de Enero de 1958.
17.- Un momento histórico
universal.
AM: Noviembre de 1989 con la caída del Muro de Berlín.
18.- ¿Alguna anécdota
especial de su trabajo?
AM: Cuando
me dieron el Premio Municipal del Distrito Federal por la novela “No es tiempo
para rosas rojas. No lo podía creer y fue tal el susto que me mudé por seis
semanas a la casa de unos amigos en La Florida. Antonieta Madrid
(*): Publicada en la Rev. “¿Qué Leo?” N°
56. Caracas, Octubre de 2008.
Entrevista a Antonieta Madrid / Parte II
(Para: “Herederos del Caos”)
Por: Juan Carlos Vásquez
-¿Cuál fue la razón determinante para que Antonieta Madrid se viese
impulsada a escribir?
-AM: Creo que lo que me impulsó a escribir
desde muy joven fueron varias razones, aunque ninguna fue determinante. En
primer lugar, las lecturas con las que ya contaba: a los doce o trece
años, me había leído “Los Caminos de la
Libertad” (“La edad de la razón”, “La muerte en el alma” y “El aplazamiento”),
de J. P. Sartre; los libros de Marguerite Duras y Nathalie Serraute; los
escritores rusos: Tolstoy y Dostoievski, entre otros; los norteamericanos,
Faulkner, Fitzgerald, Dos Pasos, etc., además de los españoles, desde Cervantes
hasta los latinoamericanos y muchos otros escritores cuya lista se haría muy
larga... En segundo lugar, mi carácter introvertido, crecer en una familia extendida y estar
siempre rodeada de gente, contribuían a mi aislamiento voluntario y por último,
tener a mi alcance todos estos libros, gracias a la afición de mi padre y una
tía paterna, por la lectura.
-¿Tiene alguna rutina? ¿Cuáles son las horas
predilectas y sitios que revisten esa energía necesaria para desarrollar sus
ideas?
-AM: Siempre he tratado de mantener una rutina
aunque no se trata de una disciplina
estricta. Escribo cuando puedo y tengo una idea clara de lo que voy a
escribir. En cuanto a las horas predilectas, prefiero las horas de la tarde y
primeras horas de la noche, cuando puedo escribir en calma. Sobre el lugar para
escribir, siempre he tenido un espacio reservado sólo para escribir, por lo
general cerca de una ventana.
-¿A
quiénes considera sus Maestros?
-A.M.: Creo que de cada lectura queda algo que
contribuye a formar un modelo propio, pero entre mis verdaderos maestros
contaría a James Joyce (“Ulises) y Julio Cortázar (“Rayuela), para la novela y
para el cuento, Faulkner y el mismo Cortázar.
-¿Cree en la inspiración, o maneja intelectualmente
la obra?
-AM:
Creo en la inspiración y en la conveniencia del manejo intelectual de la obra.
La inspiración te puede venir inesperadamente, sin aviso, te sorprende y allí
se queda hasta que debes hacer algo con esa idea que ocupa tu mente y no te
suelta hasta que pones manos a la obra y comienzas a ordenar tus ideas y a
bosquejar la obra. Después, viene el trabajo intelectual, la estructura y en
eso consiste el trabajo creativo, en cómo armar el rompecabezas porque a veces puede resultar más relevante el cómo lo
dices (la forma) que lo que realmente pretendes comunicar (el contenido).
-Usted
es una escritora muy versátil. ¿Cómo fue el paso a los cuentos y novelas a
partir de la síntesis que implica la poesía?
-AM:
Fue muy gradual: primero escribía poemas, o más bien, textos cortos,
como un diario poético, publicado años más tarde en edición bilingüe, como
“Nomenclatura Cotidiana”/“Naming day by day “ (New York, 1970). Durante
los sesenta escribía relatos que fueron publicados en diarios y revistas.
Algunos de estos relatos fueron recogidos en un libro, “Reliquias de trapo”,
editado por Monte Avila en 1972, luego de haber obtenido el Primer Premio del
Concurso Interamericano de Cuento, con el relato “Psicodelia”, contenido en
este volumen. Después vino mi primera novela, “No es tiempo para rosas rojas”.
-Cuéntanos el camino que siguió hasta la publicación
de su primera novela, “No es tiempo para rosas rojas”.
-AM:
Una vez concluidos mis estudios
universitarios en Caracas (UCV, 1968), cuando ya me encontraba en la
Universidad de Iowa, con tiempo suficiente para escribir, comencé a hilvanar
los textos sueltos que guardaba en varios cuadernos que había traído conmigo y
descubrí, con sorpresa, que ya no se trataba de relatos sueltos, sino que tenía
en mis manos una novela. A mi regreso en Caracas, después de haber vivido un
tiempo en Nueva York, le di los últimos toques y la envié al Concurso, donde
obtuvo el Primer Premio Municipal del Distrito Federal, en 1974. Publicada por
Monte Avila en 1975, esta novela lleva varias ediciones y aún me sorprende el
interés que ha despertado ante la crítica y sobre todo en diversas
universidades nacionales y del exterior. También debo agregar que si la hubiera
escrito ahora, sería otra novela y aunque he estado tentada a cambiar algunos
detalles, me he abstenido de hacerlo y la he dejado como la primera vez.
- Hizo un postgrado en la Universidad de Iowa,
trabajó en cargos diplomáticos por casi
30 años. ¿Cuál ha sido el, o los lugares
que despertaron en mayor grado su sensibilidad, esos sitios que perduraran en
su memoria como una grandiosa fuente de inspiración?
-AM:
Son muchas las ciudades donde me sentí a gusto, de ahí que considero mi
escritura como literatura urbana. Lo que más me fascina de vivir en la ciudad
es la posibilidad de crear tu propio mundo dentro de la ciudad y sobre todo
mantener el anonimato, ver la gente cuando lo deseas y cuando no, recluirte en
tu propia burbuja. En todas las ciudades donde he vivido me he encontrado a
gusto pero entre mis preferidas están Caracas, mi ciudad; además de Nueva
York, París, Buenos Aires, Atenas y
Varsovia, entre otras...
- ¿Qué extrañaba de Venezuela?
-AM: Extrañaba la familia, los
amigos, todos mis afectos, además del clima, el paisaje cambiante, el cerro El
Avila y el cielo más azul. Durante los años que viví en el exterior, traté de
tomar lo mejor de cada lugar y disfrutarlo. Lo que nunca extrañé fue la comida.
Creo que cada país tiene su propia cocina y debes disfrutarla. Igual disfruté,
sin quejarme, los largos inviernos de Europa y Estados Unidos.
- Partiendo de su novela “No es tiempo para rosas rojas” en ese
entonces transcurría la primera década de la democracia en Venezuela. Había caído
el régimen dictatorial del General Marcos Pérez Jiménez. La novela refleja un
proceso de cambio en las conductas, revela nuevas formas en la generación. ¿Qué
separa o une aquella época con la actualidad venezolana?
-AM: Evidentemente, la novela refleja
nuevas formas de conducta humana propias de la nueva generación y de los
grandes cambios, tecnológicos, culturales, artísticos y literarios habidos en el mundo durante la década de
los sesenta y primera mitad de los setenta cuando se operó una verdadera
ruptura con los cánones familiares, una
profunda separación entre las costumbres de
nuestros antepasados más inmediatos y las de nuestra propia generación,
hasta la conformación de una nueva forma de pareja humana, producto a su
vez de una visión más totalizante del
mundo, propia de las nuevas generaciones. Entre aquella época y la actual resultan obvias las diferencias y habría que
confiar en la juventud de hoy para lograr nuevos cambios.
-¿Qué
tanto por ciento de sus historias están basadas en hechos o personajes reales,
y cuántas son completamente ficticias?
-AM: Pienso que en toda escritura, ficción
y realidad forman un todo indisoluble.
Toda ficción, aún la más atrevida, proviene o está basada en la realidad. Esto
no quiere decir que se trate de autobiografía sino de un reordenamiento de la
realidad, de una realidad paralela organizada por el autor quien al desdoblarse
en sus diversos personajes logra, con su doble mirada de la realidad,
construir un mundo hipotético que
vendría a significar la ficción. Aunque ciertas historias resulten más
ficticias que otras, todas, sin excepción, provienen de la realidad, sea ésta
biográfica, libresca, inventada o simplemente imaginada.
-En de Raposas y de Lobos, los personajes se
transfiguran, toman formas acordes a sus impulsos. Hay aspectos muy visuales,
una exploración lingüística que, a medida de la lectura, nos va internando en los múltiples enfoques
de unos personajes alterados. ¿Cómo
fue el proceso de escritura de esa maravillosa obra? ¿Por qué escoge un Psiquiátrico para
ambientar parte de los sucesos?
-AM: Ciertamente en esta novela se
trata de una exploración lingüística, visual, imaginativa y sobre todo,
psicológica. Recuerdo que comencé a escribir una suerte de diario titulado “El
cuaderno de Fulvia Fénix” y a medida que
avanzaba en el diario de Fulvia, comenzaron a surgir otros personajes como
extraídos del sombrero de un mago y fueron lobos y raposas y seres
extravagantes que actuaban libremente y
yo sólo transcribía lo que ellos me iban
dictando... Aunque nunca he estado, como paciente, en un psiquiátrico, sí he visitado a seres
muy queridos, muy cercanos y gracias a estas esporádicas visitas he podido
percibir el funcionamiento de estos centros y cómo algunos (lamentablemente, no
todos), de los que allí han acudido han podido lograr el beneficio de la salud
mental.
- ¿Hasta donde considera la escritura como un
riesgo, teniendo en cuenta la delgada línea que divide lo real de lo
imaginario?
-AM: Existe ese riesgo y todo depende del
grado de identificación del escritor (a) con sus personajes y las situaciones
descritas. Se ha hablado de la escritura como catarsis, también de su carácter
premonitorio de ciertos hechos en la vida de sus autores, pero creo que está en
las manos del autor, conducir su propia escritura por los caminos deseados.
-¿Cuánto
tiempo tarda en escribir una novela? ¿Y
cuánto en su repaso? -¿Hasta que punto se debe estar alejado de una experiencia
para reflejarla?
-AM: Una novela se puede escribir en
seis meses, en un año, en tres o diez años, pero el “repaso” es otra cosa que
te puede llevar mucho tiempo y no tiene
fin hasta que el libro sale de la imprenta y aún así, te queda la opción de
corregir las pruebas de página de las
reediciones. Para reflejar una experiencia, creo que mientras más tiempo
transcurra, entre la experiencia y su escritura, más se va clarificando y
transformando en material de escritura pero siempre habría que actuar con el
debido distanciamiento intelectual para
hacerla más literaria.
-En
sus obras se vierte una admiración a la vida, pero a la vez hay una constante
indagación y cuestionamiento de la misma que tiene que ver con la angustia y el
vacío ¿desde qué perspectiva se observa
ahora?
-AM: Paralelamente al gusto por la
vida, marcha el cuestionamiento que a su vez genera angustia y vacío
existencial. Es como un temor y a la vez un goce intrínsecos al acto de vivir y
cuánto más vivimos, ese temor se afinca para liberarlo en la escritura, ayudado
por el distanciamiento.
-Poesía, relato, novela, ¿Cuál ha sido el género con
el que más se identifica?
-AM: Me identifico plenamente con la
novela como género abierto, de estructura variable, ligado al ludismo que permite la creación con total libertad,
sin las limitaciones canónicas del cuento y la poesía...
-¿Hay un instante de más conexión interior en
Antonieta Madrid, en que circunstancias percibe
ese más allá que se ve reflejado en tus textos?
-AM: Al interiorizar las experiencias
cotidianas, tal como se nos van presentando, sobre todo aquellas que se
constituyen en hitos de la memoria, nos encontramos con que ese “más allá” está íntimamente conectado con
un “más acá”. Para mí, toda literatura
es una mezcla de memoria e imaginación.
-¿Algún nuevo proyecto?
-AM: Tengo varios proyectos dando
vueltas en mi ordenador, tres de estos (una novela, un conjunto de relatos
cortos y otro sobre la memoria de una
escritura que recoge la historia de cada libro escrito) en trance de
publicación. y otros proyectos a mitad de camino, como un diario de Nueva York,
allá por los años setenta, que incluye un viaje entre Nueva York y California,
siguiendo la ruta (“On the road”) de Jack Kerocuac.
-¿Qué encontrará el lector en su última obra?
-AM: Cada uno de mis libros
publicados hasta ahora, ha sido escrito como si fuera el último, pero en estos que están en proceso
(“Work-in-progress”), pienso que se
trata de
variaciones de una línea de escritura que se extiende en el tiempo
aunque siempre tratamos de apostar por algo nuevo.
-¿Hasta que punto cree que interviene la crítica literaria que tiene
su asiento en la prensa escrita sobre el éxito de un libro o un autor?
-AM: Creo que la clave del éxito de
una obra y de un autor (a) está en los lectores y en la pervivencia del interés
de éstos por esa obra. También tenemos
la crítica proveniente de los sectores universitarios, mucho más constructiva
aunque menos eficaz en cuanto al “éxito” (fama y ventas) de un escritor se
refiere. La fama, como un cuchillo de doble filo, halaga al escritor por un
lado y por el otro, lo agrede. También está la autopromoción de algunos autores
que a la larga sólo les genera ansiedad y frustración. Pienso que el escritor
(a) no debe preocuparse por el éxito de
su obra sino escribir, disfrutando de lo que está escribiendo sin preocuparse
por el éxito editorial o económico.
-¿Qué libros de esta ultima década han llamado su
atención? ¿Qué destacaría de la literatura actual, hoy que parece que tiende a abusarse en el uso y la repetición
de ciertos clichés?
-AM: Muchos son los nuevos autores
que destacan actualmente y han llamado
mi atención. Los he leído y hasta he presentado a algunos (as) en grupos de
lectura y otros eventos. Se trata de una literatura urbana que me atrevería a catalogar como
“Literatura del Caos” por cuanto estas obras reflejan el caos urbanístico, social
y cultural que se vive en las grandes ciudades y la crisis mundial en todos sus
aspectos, incluyendo el ecológico. Sobre esta escritura emergente, podríamos
decir que estamos ante un nuevo “boom”
literario, a pesar de las dificultades editoriales.
-¿Cuál consideras que es la mejor formación para un
escritor en potencia?
-AM: Siempre he creído en el papel
beneficioso de los talleres literarios, por tratarse de espacios de
confrontación de la propia escritura con la de otros talleristas. Además de los
talleres estaría la lectura, porque
lectura y escritura se nutren mutuamente
y enriquecen la obra. Se especula que las innovaciones tecnológicas en
el campo de las comunicaciones, acabará con el libro y el hábito de la lectura,
pero no será así porque siempre habrá lectores y la literatura seguirá siendo
un círculo de iniciados...
-Un lugar que no conozco al cual le gustaría ir
-AM: Me gustaría ir a Australia, uno
de los países que nunca he visitado y me atrae. También deseo ir a Dublin,
Irlanda y un cuatro de junio, Día de Leopoldo Bloom, pasear la ruta descrita
por Joyce en el Ulises.
¿Qué recomendación daría a los Lectores de Herederos del Caos, que
escriben y no han tenido el privilegio de ser publicados?
-AM: A ustedes, queridos lectores de
Herederos del Caos sólo les recomiendo que escriban confiados en que el momento
de ser editados llegará y más ahora, con
las nuevas posibilidades que los medios
electrónicos ponen a la disposición de los escritores que comienzan. Aunque
antes había mayores oportunidades editoriales, ahora, en el reino de la
virtualidad, podemos estar seguros de que
no habrá escritor que no logre hacer llegar a los lectores del mundo sus
escritos... ¡Suerte a todos! Muchas gracias.
Ha sido un placer responder a esta entrevista... Antonieta Madrid.
Antonieta Madrid
(En: “Herederos del Caos N°
19. Agosto, 2010)
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